Madera
Las maderas que se utilizan para fabricar nuestros muebles son sensibles a las oscilaciones de temperatura, así como a la humedad. Por ello pueden agrietarse ligeramente en función de las estaciones o del tipo de clima. Este fenómeno natural no altera en absoluto la calidad de nuestros muebles, sino que les confiere un encanto único. La casa debe mantenerse a una temperatura adecuada para que la madera no sufra deformidades, es recomendable usar humificador en caso de ser necesario. La calefacción y las altas temperaturas así como el exceso de humedad puede deformar la madera.
Madera barnizada (satinada o brillante)
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el mueble tiene mucho polvo, límpialo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida, tras haberlo probado previamente en una parte barnizada que no sea visible. Seca con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Para devolverle el brillo al mueble, utiliza un producto de limpieza en spray (para muebles) a base de silicona.
Evita emplear cera o cualquier producto a base de cera.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Madera barnizada (mate)
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el mueble tiene mucho polvo, límpialo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida, tras haberlo probado previamente en una parte barnizada que no sea visible. Seca con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Evita emplear cera o cualquier producto a base de cera.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Madera encerada
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Una vez por semana, limpia el polvo más a fondo con un paño y un spray quitapolvo.
Una o dos veces al año, encera el mueble –como la cera de abeja resulta un tanto pegajosa, es preferible aplicar una mezcla de cera de abeja y de cera vegetal. Déjala secar y a continuación frota con un paño de lana bien seco para darle brillo.
Si enceras el mueble con demasiada frecuencia, quedará ligeramente pegajoso al tacto y tendrás que desincrustar la suciedad de la madera. Si ocurre, puedes usar esencia de trementina tras haber hecho una prueba previa en una parte encerada que no sea visible.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Madera lacada o pintada (sin barnizar)
Limpia con frecuencia el polvo de tus muebles lacados o pintados utilizando un paño húmedo y, a continuación, pasándoles un paño seco y suave que no deje pelusa.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Teca para el jardín
La teca cambia con el tiempo por el efecto del sol y adquiere un bonito color gris plateado.
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el mueble tiene mucho polvo, límpialo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida. • Seca con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Te recomendamos que apliques aceite en los muebles antes de usarlos por primera vez y dos veces al año, a mediados de la primavera y con la llegada del otoño, para conservar su color miel dorado original.
Utiliza exclusivamente un aceite de teca de buena calidad y no un derivado o un aceite sintético.
Echa el aceite en un paño seco que no deje pelusa o en un pincel suave y extiéndelo por el mueble de manera homogénea.
Deja secar entre 24 y 48 horas y, a continuación, vuelve a secar el mueble con un paño seco. Repite la operación una segunda vez si fuera necesario.
Te recomendamos que protejas estos muebles del mal tiempo para eviar el hielo.
Vidrio
Dado que el vidrio es un material frágil, te recomendamos que, si se trata de un mueble de exterior, lo guardes en un lugar seco y fresco de tu hogar para protegerlo del hielo.
Los cubiertos pueden rayar la superficie acristalada. Por esta razón, te recomendamos el uso de manteles individuales.
Zinc
La chapa galvanizada se ha envejecido para darle un aspecto patinado.
Dado que es sensible a los arañazos, a las manchas de agua y de dedos y a determinados alimentos "ácidos" (vinagre, limón...), requiere un cuidado constante.
Te recomendamos evitar mojar el mueble y, además, secar la superficie de trabajo con un paño suave después de cada uso. También es preferible utilizar un salvamanteles.
Si la superficie está sucia, puedes limpiarla con una esponja ligeramente humedecida y secarla con un paño suave y seco.
Revestimientos
Revestimientos sintéticos (vinilo, PVC, poliuretano...)
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el revestimiento está sucio, puedes limpiarlo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida y jabonosa. Después, sécalo con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Revestimientos de serraje de cuero
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el revestimiento está sucio, puedes limpiarlo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida y jabonosa. Después, sécalo con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Textiles
No desenfundables
Para limpiar los tejidos que revisten tus muebles, debes eliminar el polvo y, si fuera necesario, quitar las manchas y lavarlos.
Dado que existe una gran variedad de tratamientos en función del origen de la mancha, te recomendamos que consultes a un profesional de la limpieza cuando tengas alguna duda sobre cómo eliminarla.
Desenfundables
Para garantizar una mayor durabilidad de las fundas y cortinas, te recomendamos que limpies en seco todos nuestros textiles desenfundables.
No obstante, algunos productos también pueden lavarse en la lavadora a 30°. Para ello, consulta las instrucciones que figuran en las etiquetas.
Metal tallado
Para limpiar el polvo, usa un paño suave con la frecuencia que desees.
Si el mueble está sucio, puedes limpiarlo con una esponja no abrasiva ligeramente humedecida y jabonosa. Después, sécalo con un paño suave y seco que no deje pelusa.
Evita la exposición directa al sol, a las fuentes artificiales de calor y de climatización o a las agresiones externas (humedad, lluvia, etc.)
Alfombras y muebles de piel
Te recomendamos que limpies regularmente la piel. Para ello, limpia el polvo con una aspiradora (a baja potencia) o con un cepillo suave, siempre en el sentido del pelo.
En caso de que haya manchas, aplica inmediatamente una toalla de baño o papel absorbente sobre los líquidos derramados y, a continuación, elimínalos utilizando un paño limpio humedecido en el sentido del pelo. Seca la piel con una toalla siempre en el sentido del pelo y deja secar al aire libre.
Evita cualquier exposición directa a la luz (natural o artificial) que pueda provocar una decoloración de la piel, así como cualquier aproximación a fuentes de calor excesivo.
Evita frotar la piel.
No utilices jabones ni cremas.
Chapa pintada
Lava los muebles de metal con agua jabonosa o no sin utilizar detergente.
Sécalos con cuidado para evitar restos de cal.
No frotes con una esponja abrasiva o metálica ni utilices detergentes de ningún tipo.
Para tratar la suciedad muy incrustada, puedes usar un producto limpiacristales con alcohol o un producto multiusos.
Materiales compuestos que simulan el hormigón
Limpia la superficie con una esponja jabonosa no abrasiva y sécala con un paño.
Utiliza un producto de limpieza no agresivo (sin amoníaco ni lejía)
Evita que penetren manchas ácidas (vino, refrescos, zumo de naranja, tomate).